En parrilla:
Para cocinar un chuletón a la perfección, se puede optar entre parrilla y plancha. La parrilla suele ser la opción preferida por muchos, ya que el sabor de la carne se intensifica notablemente, especialmente si se utiliza leña de encina, roble o similar, que proporciona una brasa de alta calidad y un calor intenso para alcanzar la temperatura ideal. Una parrilla ajustable en altura es ideal para controlar el proceso de cocción: se comienza con una posición baja para sellar la carne y se eleva gradualmente para que el chuletón se cocine más lentamente, evitando que se cueza. La disposición de las brasas es también fundamental, ajustándolas para proporcionar el calor necesario sin más. Los barrotes en forma de "V" son beneficiosos, ya que permiten recoger la grasa que se desprende sin que caiga sobre las brasas y provoque llamas que puedan quemar la carne. Inclinar ligeramente la parrilla hacia delante facilitará este proceso, asegurando que la grasa se acumule lejos de la carne, evitando así el fuego directo y permitiendo que el chuletón se cocine de manera uniforme y jugosa.
En plancha:
Preparar un chuletón de vaca a la plancha también es una excelente opción para aquellos que prefieren evitar los sabores adicionales que las brasas pueden impartir o no disponen de una parrilla. Utilizar una plancha de hierro con superficie estriada es ideal, ya que el hierro alcanza altas temperaturas y distribuye el calor de manera uniforme, permitiendo un sellado perfecto de la carne. Es crucial que la plancha tenga estrías para que los jugos de la carne se drenen y no provoquen que la carne se cueza en su propio líquido.
La sal:
En cuanto al salado del chuletón, el consenso general es salar la carne después de darle la primera vuelta, por la cara que ya está sellada, y lo mismo por la otra cara cuando damos la segunda vuelta, utilizando una cantidad generosa de sal marina gruesa. De este modo, la carne solamente tomará la sal que necesite.